lunes, 10 de enero de 2011

Apocalípticos pero desintegrados

Por Pablo Vázquez Sande *

Parafraseamos al célebre Umberto Eco para referirnos a la ruptura emocional y psicológica que supuso en las redacciones de los medios de comunicación la llamada tecnología 2.0. Lejos de aprovechar las potencialidades que ofrecen las nuevas formas (interactividad, simultaneidad, especificidad del soporte, etc), los periodistas nos hemos empeñado en cavar nuestra propia tumba y dejar a un lado las nuevas oportunidades que nos brinda el lógico desarrollo industrial. Y es que, hasta en eso, los periodistas nos obstinamos en ser un colectivo aparte, ya que, mientras que la sociedad no se puede permitir el lujo de tener médicos que no estén en permanente reciclaje y formación, sí consiente que los profesionales de la información vivan en prácticas del siglo XX.

El panorama es desolador en lo que a la prensa gallega respecta. Los medios autonómicos se ciñen al mero volcado de sus contenidos en papel a la red. Pero, ¿es eso periodismo 2.0? No, dado que no es una información meramente concebida para Internet y pensando en las opciones que este soporte ofrece, como la interactividad o la combinación multimedia (acompañar un texto de un vídeo o de un corte de voz, por ejemplo).

Del mismo modo que tampoco es periodismo 2.0 la segregación de profesionales (incluso física) ni su dedicación exclusiva, casi a modo de pistola en la sien, a papel o pantalla. No. La complementación de soportes y la versatilidad de los periodistas son las dos claves que nos permiten entender la comunicación en el siglo XXI. De lo contrario, apaga (el ordenador) y vámonos.


                                               *Pablo Vázquez Sande es responsable Comunicación GMPP Lugo. Licenciado en Periodismo y Filología Francesa por la USC.

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